Javier Milei, decidió votar la Ley de Financiamiento Universitario, la cual establecía la actualización automática por inflación del financiamiento a las universidades nacionales, argumentando falta de respaldo presupuestario.
Asimismo, el gobierno libertario fundamenta que el proyecto no cumple con el artículo 38 de la Ley 24.156, que exige que toda ley que autorice gastos no previsto en el presupuesto, debe especificar de manera clara las fuentes de recursos para su financiamiento.
La ley disponía que los gastos de funcionamiento, los presupuestos de los hospitales universitarios y las partidas destinadas a la investigación debían actualizarse automáticamente por inflación.
Además, ordenaba la convocatoria a paritarias en un plazo de tres meses con el objetivo de recomponer los salarios del personal docente y no docente y, también, contemplaba un aumento en el monto de las becas estudiantiles.
La medida, profundiza el conflicto entre el gobierno y el sistema universitario, que venía reclamando la sanción de una ley que garantizara la sostenibilidad de sus funciones.
También, al no haber un mecanismo de actualización automática, las universidades podrían enfrentar dificultades para cubrir los gastos de funcionamiento, lo que podría afectar el mantenimiento de las instalaciones y el desarrollo de proyectos de investigación. Además, la falta de una convocatoria a paritarias podría provocar una pérdida del poder adquisitivo de los salarios.
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